viernes, 13 de marzo de 2009

Psicóloga española explica la entrada en las sectas y la reacción de la familia


La última edición del programa “Conoce las sectas”, emitido por Radio María España, y realizado por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), incluyó una entrevista a la psicóloga Karmele Sayans sobre el ingreso en las sectas.

Sayans colabora desde su especialidad en la Asociación Largantza y en la Asociación para la Prevención de la Manipulación Sectaria (RedUNE). Publicamos a continuación lo más importante de la entrevista, recordando a nuestros lectores que pueden escuchar el programa entero en el siguiente enlace: Conoce las sectas 3x09.

- ¿Existe algún tipo de perfil del afectado por las sectas?

- No, cualquiera puede ser captado porque todos pasamos por algún momento de crisis. No obstante, para que el abordaje se produzca en el “momento oportuno” se deben dar las tres siguientes condiciones de un modo conjunto: 1. Estar atravesando por un momento de crisis: una ruptura sentimental, la muerte de un ser querido, la pérdida de empleo, etc. 2. Ser contactado de un modo adecuado: mediante campamentos para adolescentes, cursillos para dejar de fumar, tratamientos para toxicómanos, anuncios publicitarios, revistas o novelas de ciencia ficción, etc. 3. El mensaje sectario propuesto, debe encajar con las necesidades, intereses y valores del sujeto.

Aunque cualquiera pueda ser captado dado que todos sufrimos momentos duros en el transcurso de la vida, hay factores de predisposición que hacen que algunas personas sean, a priori, más vulnerables a dicho proceso de captación: 1. El periodo de edad (adolescencia/juventud, por ser un proceso de formación y maduración; la tercera edad, por la soledad y el rechazo que sufren muchos de los ancianos por parte de la sociedad). 2. Un sistema familiar disfuncional (pobre comunicación familiar o situación de conflicto permanente, generación de vínculos sobre-protectores, malos tratos físicos y/o psíquicos en general, etc.). 3. Algunos rasgos de personalidad (tendencia a la soledad y la depresión, dificultad para relacionarse y comunicarse, dependencia y baja autoestima, etc.). 4. Dificultades de adaptación social (insatisfacción con la vida cotidiana, carencia de un sistema de valores y/o marco normativo, etc.). 5. El deseo insatisfecho de profundización espiritual.

- Vistos estos factores de predisposición, dinos, ¿en qué consiste el proceso de captación?

- Consiste en obtener la obediencia ciega del futuro adepto. Para lograr este objetivo, el grupo le irá aplicando al sujeto las siguientes conductas con el fin de manipularle psicológicamente. La primera es la invitación. El reclutamiento sectario comienza con una invitación a una charla, reunión o actividad del grupo, para continuar con compromisos progresivamente mayores (ir a cenar, pasar un fin de semana, etc.). Después, el bombardeo de amor: el sujeto es recibido por parte del grupo con una gran aceptación y afecto que le provocará un gran bienestar.

Establecido el lazo social, los miembros del grupo le ofrecerán confesiones de sus vivencias personales que le permitirán al sujeto corresponderles con las suyas propias. Dichas confesiones podrán ser utilizadas en un futuro para chantajear al sujeto en el caso de que se vea tentado a dejar la secta. La secta comenzará a influir en la opinión y participación de sus adeptos haciéndoles creer que la autoridad garantiza la credibilidad; es decir, que el líder es omnisciente y, por tanto, poseedor de la verdad absoluta. Esto generará una dinámica grupal basada en la conformidad de sus miembros ante las decisiones del grupo.

Además, la secta negará a los adeptos la oportunidad de discutir sus programas, al mantenerlos sumamente ocupados en múltiples actividades (y nunca solos), privándolos en gran medida de sueño y alimentos, y controlando la información dentro y fuera del entorno grupal. Provocará un progresivo aislamiento del entorno y pasado del adepto para fomentar la identidad grupal y alimentar el pensamiento maniqueo (ellos contra nosotros). Para garantizar con mayor certidumbre el compromiso para con el grupo, ofrecerá algunos refuerzos positivos (tales como sonrisas, buena comida o esa clase especial de atención que hace que uno se sienta bien).

- Entonces, ya tenemos a la persona que ha sido captada por la secta, que como nos has dicho podemos ser cualquiera… y ahora, ya en la secta, coméntanos, Karmele, ¿qué características presenta un adepto a uno de estos grupos?

- Dedica un tiempo excesivo al grupo y justifica todas sus actividades. Muestra un fuerte vínculo hacia los miembros del grupo y no acepta ningún tipo de crítica externa. Empieza a apreciarse una forma de habla monotemática. Se detectan cambios de comportamiento llamativo y acorde al grupo (cambios en el cuidado personal, aficiones, conductas sexuales o lenguaje). Empiezan a detectarse cambios en la actitud hacia las personas del entorno previo (una actitud fría, distante, hostil e incluso mentiras).

- Muchas personas, familiares lo que preguntan es: ¿qué puedo hacer?, tengo a un familiar en una secta, ¿cómo puedo ayudarla? ¿Cuál es el método adecuado para ayudar a una persona afectada por una secta?

- Durante la década de los 80 se recurría a los desprogramadores, su mayoría ex miembros de sectas, y su labor solía consistir en raptar a los neófitos de la sede de la secta durante varios días para hacerles una terapia de choque. Mediante esta técnica se pretendía contrarrestar los valores y pensamientos adquiridos en la secta. Pero el resultado, en mucho de los casos, eran graves lesiones ocasionadas por los propios adeptos que rehuían cualquier contacto con el exterior y penas de cárcel para los desprogramadores.

Actualmente intentamos trabajar con la familia para poder ofrecerle pautas de actuación que les ayude a mantener el contacto y a establecer una relación de confianza con el neófito. Es fundamental trabajar con ellos la posible salida del adepto porque es un proceso muy largo, doloroso y cansado para ambos. En cuanto a las recomendaciones para los familiares y/o allegados de los adeptos, serían las siguientes:

Mantener el contacto con la persona afectada pese a las dificultades. Tres recomendaciones al respecto: escribirle cartas y/o correos electrónicos breves y fáciles de entender y concluirlas siempre con una sencilla pregunta, intentar recordarle sucesos agradables del pasado, e intentar realizar actividades agradables en familia. Evitar situaciones de confrontación en relación al grupo y a la persona afectada. Evitar expresiones del tipo “estás en una secta” o “te están lavando el cerebro”. Ser neutral, no aprobar ni desaprobar al grupo. No pretender entrar en un análisis racional del grupo, lo que se manipula es la afectividad. Informarse, consultar literatura sobre el funcionamiento de estos grupos. Asegurarse de la experiencia del profesional para hacer frente al problema.

Fuente: Info-RIES nº 122 (9/03/09).

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